Imagen: ACI Prensa
Desde el 28 de agosto al 2 de septiembre, sacerdotes de 24 delegaciones cambiaron su hábito por camiseta y guayos, para disputar la octava versión de la copa de la fe. Un campeonato deportivo que reúne a los miembros del clero colombiano, mexicano y ecuatoriano, en representación de sus diócesis y arquidiócesis, en una expresión de fraternidad sacerdotal.
Durante estos días, la capital del departamento del Cauca (Colombia) se vistió de fútbol, recibiendo a cerca de 560 participantes bajo el lema: “Comunión, participación y misión”, con el objetivo de demostrar que el deporte construye caminos de reconciliación, perdón y paz, en una zona del país agobiada por la violencia.
La Diócesis de Garzón, representante del departamento del Huila, se coronó campeona de la octava versión de la Copa de la fe. El conjunto “opita” derrotó a la anterior campeona, la Arquidiócesis de Guadalajara, por un marcador de 2×0, con goles del padre José Fernández. En simultáneo, la copa de plata se la llevó el equipo conformado por la Diócesis de Málaga – Soatá y la Arquidiócesis de Bucaramanga, venciendo a la Arquidiócesis de Nueva Pamplona.
Por su parte, la Diócesis de Cúcuta quedó eliminada en la segunda fase del torneo, cuando enfrentó a la Arquidiócesis de Florencia, por un cupo a triangular final. El partido se decidió desde el punto penal, después de un vibrante empate 2×2, donde finalmente, avanzaría el equipo que representa a la capital del departamento de Caquetá.
A pesar del buen rendimiento en la fase inicial, siendo primeros del grupo B, el ‘triplemente glorioso clero diocesano’ no logró repetir la hazaña alcanzada en el año 2019, cuando se coronó campeón de la Copa de la Fe, derrotando por penales a la Arquidiócesis de Quito (Ecuador).