Desde hace 50 años se celebra cada 22 de abril el Día Mundial de la Tierra, originado en Estados Unidos, cuando alrededor de 20 millones de personas se tomaron las calles, exigiendo que se garantizara la calidad del medio ambiente.
El promotor de este acontecimiento, fue el senador estadounidense Gaylord Nelson, quien buscaba concienciar acerca de los problemas de sobrepoblación, contaminación y conservación de la biodiversidad, entre otros. Desde entonces, cada 22 de abril, los países organizan diversas actividades que reconocen al planeta Tierra como el hogar de la humanidad y suscitan medidas para el cuidado de la naturaleza y sus recursos.
Para estos tiempos, el planeta está a punto de colapsar, con el cambio climático, explotación desproporcionada e irresponsable de los recursos renovables, deforestación, la intensiva producción agrícola y ganadera, el tráfico ilegal de flora y fauna, entre otros crímenes que el ser humano ha cometido contra el medio ambiente.
A los hombres les hace falta más sensibilización acerca de estos temas; para este año 2020, la celebración del Día Mundial de la Tierra, no podrá llevarse a cabo con actividades presenciales, ya que el Covid-19, una pandemia sanitaria mundial aisló a las naciones. Precisamente, este virus se desató por una enfermedad zoonótica (transmisión infecciosa de animales a humanos), se cree que fue por el consumo de fauna silvestre en China. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que este hecho muestra la estrecha relación entre la salud humana, animal y ambiental.
De igual forma, afirma que los ecosistemas sanos ayudan a las personas a protegerse de enfermedades, porque la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos. En definitiva, luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, no sólo ayuda a la naturaleza, sino también a la salud humana.
Dentro de todo este tema de la pandemia hay un impacto visible y positivo y es la mejora del aire y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, logrado precisamente por el confinamiento de las poblaciones. Se han registrado animales regresando a su hábitat natural y llegando tranquilamente a zonas donde antes no se acercaban, tanto especies de agua, como de tierra.
Según el canal de televisión National Geographic (NatGeo), en China, el promedio de días sin contaminación atmosférica aumentó en un 21,5%. Una mejora drástica de la calidad del aire. Mientras tanto, en Italia y España las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) se redujeron a la mitad. Los mares y ríos de muchos países, incluso, de Colombia se ven cristalinos.
La Secretaría de Ambiente de Bogotá, entregó en la primera semana del mes de abril un informe sobre la calidad del aire y contaminación en la ciudad (para inicios de marzo estaba en alerta amarilla por las emisiones producidas en la capital), donde se refleja que un total de 12.000 toneladas de dióxido de carbono se dejaron de emitir en la atmósfera. “La significativa disminución del tráfico vehicular y aéreo, la reducción de la actividad industrial y el trabajo desde la casa han generado un cambio en el ambiente de la ciudad”, explicó la entidad.
Los ambientalistas indican que el Covid-19 “nos debe impulsar a llevar a cabo una introspección personal para entender que sin agua y sin un medio ambiente sano no hay vida, los recursos naturales deben ser hoy nuestros aliados”.
Probablemente el alivio y respiro que tuvo la Tierra, será momentáneo, ya que fue un beneficio a costa de la desaceleración económica, ante lo cual, las Naciones Unidas temen un “efecto rebote”, ya que más adelante, por el afán de activar y estimular la economía, pueden aumentar las emisiones contaminantes por encima de los promedios históricos, para conseguir la recuperación financiera.
La ONU considera que en este próximo Día Internacional de la Tierra (miércoles 22 de abril), se debe contemplar un cambio hacia una economía más sostenible, que funcione tanto para las personas, como para el planeta.
El Fondo Mundial para la Naturaleza, ha señalado que “esta crisis de salud debe ser una llamada de atención (…) Deberá servir para generar una mayor conciencia social frente al cuidado del planeta y el uso racional de los recursos”. Los estudios concuerdan en que la conexión que existe entre las acciones humanas y ciertas enfermedades, tienen que ver con la destrucción de ecosistemas naturales, ya que si no se consumiera fauna silvestre, habría prevención de muchas enfermedades infecciosas. El Fondo Mundial para la Naturaleza afirma que “la salud humana puede protegerse defendiendo la naturaleza”.
Este año, el Día de la Madre Tierra, coincide con el Súper Año de la Biodiversidad, que se centra en el papel de la diversidad biológica como indicador de la salud de la Tierra.