Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid
En las apariciones de Nuestra Señora, la Santísima Virgen María, en Fátima, Portugal, hace un siglo, se dio un gran mensaje a la humanidad. Tres pastorcitos, campesinos y sencillos recibieron un gran regalo en sus vidas, pudieron contemplar con sus ojos a la Santísima Virgen María y recibir de ella un precioso mensaje, que todavía es de gran utilidad para la salvación de las almas. Estos días tendremos la visita de una bella imagen, traída desde su Santuario en Fátima, como Peregrina de paz.
Desde el día 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917, en Cova de Iria, en Portugal, los Beatos Francisco y Jacinta Marto, acompañados de Sor Lucia, pudieron experimentar esta experiencia sobrenatural y espiritual que fue encontrar a la Madre de Dios. Durante estos meses pudieron contemplar a la Madre de Nuestro Señor Jesucristo.
Contemplaron con sus ojos a la Virgen Santísima, en un momento particular de la historia de la humanidad, en la antesala de la primera guerra mundial y en hechos de crucial importancia para los hombres, con la instauración del comunismo, con la caída del imperio de Rusia. Su mensaje fortalecía la devoción al Santo Rosario, a la frecuencia de la recepción de la Eucaristía y la invitación a la conversión del pecado.
El Santo Rosario fue presentado como un arma para conseguir la paz, el perdón y la reconciliación y para la salvación de las almas. Con esta oración, decía la Virgen Santa, se puede obtener el favor de Dios. La Iglesia, por medio de estos sencillos pastores fue invitada a orar por la conversión de los pecadores, a orar por la inminente guerra y la grave crisis que afectaría a Europa con las dos guerras mundiales.
Las apariciones de la Santísima Virgen del Rosario de Fátima estuvieron precedidas por la aparición del llamado “Ángel de Portugal”, en 1916, invitándolos a aprender a orar y elevar sus plegarias a Dios, a vivir el sacrificio en sus vidas y a la adoración de la Santísima Eucaristía.
La aparición de esta bella mujer “más blanca que el sol”, con palabras de Sor Lucía, dieron inicio a un momento de particular amor y veneración a la Señora del Santo Rosario, que tocó y conmovió a Europa y a todos los lugares de la tierra donde se vive la devoción a Ella, signos maravillosos y prodigios, como el del sol danzante, el 13 de octubre de 1917, marcaron este lugar y esta revelación de la Madre de Dios, sellaron la claridad de su mensaje, incluso con el llamado “secreto de Fátima”, que se reveló por indicación de Su Santidad, San Juan Pablo II el 13 de mayo 2000, en la Beatificación de Francisco y Jacinta Marto.
Siguiendo la invitación de la Blanca Señora, el mundo fue consagrado a ella por el Papa Pio XII, el 31 de octubre de 1942. San Juan Pablo II repitió la Consagración el 25 de marzo de 1984, unido a todos los obispos del mundo.
Existe una imagen bellísima que es venerada en el Santuario de la Santísima Virgen María en Fátima, donde acuden los fieles a orar y a rezar el Santo Rosario. En su corona se encuentra la bala del atentado contra San Juan Pablo II.
De esta imagen existe una réplica que se utiliza para recorrer los distintos países del mundo y que fue bendecida y coronada en 1947. Desde ese tiempo se ha convertido en la Virgen Peregrina que ahora está en Colombia y nos visitará en Cúcuta, desde el próximo día 16 hasta el 20 de octubre 2018. Esta significativa y preciosa Imagen de la Santísima Virgen, viene visitando en peregrinación algunas Diócesis de Colombia, ahora con alegría y esperanza, la recibimos en esta Iglesia particular.
Deseo invitarlos a todos a participar en las distintas actividades y momentos de oración que tendremos en la Diócesis, comenzando con la Solemne Eucaristía el día martes 16 de octubre 2018 a las 6 de la tarde, en la Catedral de San José de Cúcuta.
También los invito a participar en la Solemne procesión con la Imagen, desde la Plaza de Banderas (Avenida 2da. Calle 10, hasta el Parque Santander), concluyendo con la celebración de la Eucaristía el 19 de octubre 2018, a las 7 pm. Cuento con la asistencia de los sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas y fieles todos de la Diócesis en este mes del Santo Rosario, para pedir por la paz de Colombia.
¡Alabado sea Jesucristo!