Por: Dr. Carlos Andrés Vera Aparicio
La lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica producida por el bacilo ‘Mycobacterium leprae’, se considera que actualmente en el mundo hay cerca de 3 millones de personas que padecen de esta enfermedad, y, en Colombia hay cerca de 300 nuevos casos cada año y. Se estima que hay cerca de 20 mil personas viviendo sin diagnóstico, o en alguna etapa del tratamiento.
La lepra es una enfermedad que acompaña a la humanidad desde el tiempo del Antiguo Testamento, y está relacionada con afectación de la piel llegando incluso a la pérdida de extremidades y demás. En la historia de Colombia existían sitios donde se aglomeraban los leprosos como Agua de Dios, y en Cúcuta tenemos el testimonio del Beato padre Luis Variara que acompañó a muchos enfermos en las etapas de esta enfermedad, cuando aún no había un tratamiento para curarla.
La lepra se define como una enfermedad que afecta la piel y los órganos adyacentes, como ojos, oídos y boca, ya que el bacilo tiene afinidad por destruir la queratina componente de la piel.
Este bacilo al ingresar y afectar la piel, genera la destrucción de los receptores nerviosos, haciendo que se pierda la sensibilidad al tacto o el rose, a temperaturas de frio y calor, además de cambios en la motricidad de movimientos como flexión, extensión, agarre, pinza fina y demás.
Tubercúlide: Solo se ven afectadas áreas poco profundas de la piel sin afectar su contorno y son pocos centímetros o lesiones puntuales.
Lepromatosa: Existe extensa destrucción de tejidos, como por ejemplo, caída de la cola, de la ceja, daño del cartílago nasal y del cartílago de las orejas, apareciendo en fases avanzadas la típica “facies leonina”.
• Lesiones cutáneas que son más claras que el color normal de la piel.
• Lesiones que no sanan después de algunas semanas o meses.
• Debilidad muscular.
• Hormigueo, entumecimiento o ausencia de sensibilidad en manos, brazos, piernas y pies.
Las siguientes se consideran factores de riesgo para padecer de lepra como son:
• No tener acceso a útiles de aseo como jabón o shampoo para realizar una adecuada higiene corporal.
• No tener la vacuna de la BCG o pérdida de la cicatriz en área del hombro izquierdo.
• Condiciones de hacinamiento al inicio de la enfermedad.
Actualmente se considera que con un oportuno diagnóstico, puede iniciarse con el tratamiento adecuado, llevando a la curación total de la enfermedad, volviendo a sus actividades cotidianas sin riesgo de re-infección o transmisión.
El tratamiento se basa en un ciclo de 6 meses a 2 años, ya no se hospitaliza ni se aísla de las ciudades, ahora el tratamiento es ambulatorio en cada puesto de salud y se basa en dos premisas.
1. Higiene cada día, con agua y jabón.
2. Tomar medicamentos diariamente en ciclos de Dapsona y Rifampicina y en algunas ocasiones de clozazimin.
La Organización Mundial de la Salud se centra en terminar con el estigma, la discriminación y el prejuicio que se enfrente en toda comunidad cuando se diagnostica a una persona con esta enfermedad.