En la era digital, de la Inteligencia Artificial (IA), en la era de los audiolibros, los videos y las trasmisiones en tiempo real, a través, de las redes sociales y el internet, nos podemos preguntar ¿sirve de algo LEER? Cuando se vislumbra el panorama, tristemente se observa cómo revistas y periódicos han dejado de ser tangibles para convertirse en virtuales, y surge la inquietud: ¿Es la lectura como proceso cognitivo y socio afectivo importante para el desarrollo integral del ser humano?
La lectura es un proceso cognitivo y cultural porque encierra el funcionamiento del pensamiento y las funciones corticales superiores. Las funciones cerebrales superiores son: Las gnosias (habilidades para el reconocimiento), las praxis (habilidades motoras) y el lenguaje. Los dispositivos básicos del aprendizaje (sensopercepción, motivación, atención, habituación y memoria) son el punto de partida para el desarrollo de estas funciones. Estas son exclusivas del ser humano e indispensables en el desarrollo de diferentes aprendizajes como: La lectoescritura, el cálculo, la actividad deportiva, el desarrollo artístico y obviamente el desenvolvimiento socio afectivo. Al ser netamente humanas no son instintivas, es decir, que requieren de un aprendizaje social y son indispensables en toda actividad cultural y social.
La lectura es un proceso complejo en el que intervienen procesos sensoriales, motores de lenguaje, cognición, atención, memoria y control ejecutivo. Mientras el lenguaje se desarrolla de manera innata, la lectura es un constructo cognitivo y cultural y debe ser enseñada, esto quiere decir que la lectura, aunque es un proceso cerebral humano y creado por la cultura, su aprendizaje, depende del contexto sociocultural, familiar y afectivo en el que se desarrolla la persona.
La lectura influye de muchas formas en la mente y en la vida. Al cerebro le ayuda porque mientras se lee, las neuronas incrementan su actividad y conectividad, por lo que neurólogos y psicólogos recomiendan practicarla como método de prevención contra enfermedades neurodegenerativas.
En los niños ayuda a expandir su capacidad de atención y a mejorar su capacidad para pensar con claridad, ya que la estructura de las historias, de “principio, nudo y desenlace” ayudan a sus cerebros a desarrollar un método ordenado de pensamientos.
Cuando un niño lee un libro sus niveles de atención, de memoria y concentración aumentan, adquiriendo así capacidad de escuchar y entender lo que se dice de manera más eficiente. Leer es interpretar, pero también comprender y actuar socialmente. La lectura es una competencia fundamental que no sólo implica procesar el contenido de un texto sino saber usar el texto leído y su significado para realizar una interpretación propia.
Sí, la lectura es una forma de comunicación, expresión, acercamiento cultural, pero sobre todo una práctica social, entonces depende en los niños de como los adultos los introducen en el mundo vivencial de la lectura, sin embargo, para concientizar a los niños es imprescindible que en casa vean que los mayores también leen. Así, que, si no han desarrollado el hábito lector, es un buen momento para iniciarlo. Recientes investigaciones han demostrado que la lectura nocturna o diaria de un cuento a los niños por parte de sus padres o cuidadores, fortalece el vínculo afectivo, brindando una sensación de pertenencia y seguridad, por tanto, sienta la base de una salud mental positiva. Al igual que pasa con los mayores, para conseguir que los niños se habitúen a leer y comience a gustarles es necesario encontrar un libro que les ‘enganche’. Escoger libros adecuados a su edad, teniendo en cuenta sus gustos y aficiones, facilitarán la adquisición del hábito lector, así como participar activamente en el proceso lector del niño, facilitará la comprensión y la interacción del grupo familiar.
BENEFICIOS DE LA LECTURA:
- Mejora el lenguaje.
- Fortalece la concentración.
- Alimenta la imaginación.
- Desarrolla la memoria.
- Facilita la comunicación.
- Ejercita el cerebro.
- Mejora la ortografía.
- Amplía el vocabulario.
- Enriquece la relación adulto-niño.
- Ayuda a desarrolla y estructuras los diferentes contextos en los que interactúa.
- Fomenta la capacidad de abstracción y análisis.
- Ayuda a conocer y gestionar emociones.
Por último y a manera de reflexión sería interesante poder desarrollar en familia el hábito de leer. Teniendo en cuenta que la lectura puede fomentar la creación y fortalecimiento de vínculos afectivos que unen, y que, además, facilitarán el proceso comunicacional. Al convertirse en una práctica familiar, permite la expresión de emociones, fomenta la escucha activa y la participación de todos los integrantes en el proceso de toma de decisiones y resolución de conflictos; en los niños este hábito les dará una gran recompensa, la de aprender a pensar, crecer, imaginar, soñar, explorar, reflexionar, afirmar la personalidad y conocerse así mismo y a los demás.
Aprovechar especialmente los tiempos de ocio y alejarlos un poco del uso de la tecnología, propicia el hábito de lectura puede ser un proyecto familiar que beneficiaría a todos y sobre todo a la dinámica familiar.