IDEAM advierte que 13 de 25 tormentas tropicales podrían convertirse en huracanes en su paso por Colombia
Este sábado, 1 de junio, comienza oficialmente la temporada de huracanes en el océano Atlántico, la cual se anticipa como «extraordinaria», según advirtió recientemente la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). En Colombia, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) también ha estado informando sobre las expectativas para esta temporada en el país y, en consonancia con la NOAA, la ha calificado de «sin precedentes».
«La temporada será bastante intensa y podría romper récords históricos tanto en el número de ciclones como en su intensidad», declaró Ghisliane Echeverry, directora de la entidad. Esta semana, la funcionaria reiteró que los eventos serán más severos de lo que se ha experimentado «esta temporada ocurre en un contexto muy inusual, llevamos tres meses consecutivos con océanos cálidos. Esto supone un exceso de energía térmica y, por tanto, un exceso de energía ciclónica», añadió Echeverry.
Por ello, la directora prevé que los ciclones estarán más cerca de las costas colombianas, haciendo que el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, así como La Guajira, sean los departamentos más expuestos. «Independientemente de la distancia, van a causar lluvias en la costa Caribe y pueden provocar eventos extremos. Estos eventos comienzan como ondas tropicales y pueden convertirse en depresiones, tormentas o huracanes, dependiendo de la velocidad que alcancen», explicó Echeverry.
En cuanto al número de eventos esperados durante la temporada de huracanes, el IDEAM estima que Colombia podría sentir 25 tormentas, de las cuales 13 podrían convertirse en huracanes. Además, se espera que la temporada se extienda hasta noviembre, con mayor intensidad en septiembre y octubre. Por otra parte, el director de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, alertó sobre las condiciones de los refugios en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, que ya sufrió anteriormente el impacto del ‘huracán Iota’.