Emergencia en el Chocó: obispos de Istmina-Tadó y Quibdó, claman por ayuda urgente ante crisis humanitaria
La Iglesia Católica expresa su profunda preocupación por la crítica situación humanitaria que viven las comunidades del Chocó, una de las regiones más golpeadas por la violencia y los desastres naturales en Colombia. A la ya grave emergencia invernal que afecta a cerca de 200.000 personas en 27 de los 31 municipios del departamento, se suma el reciente paro armado declarado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) el pasado 9 de noviembre, que ha dejado a 45.000 personas confinadas y en riesgo.
En un llamado urgente a las autoridades locales, regionales y nacionales, Monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, lanzó un SOS para alertar sobre la extrema necesidad de ayuda humanitaria inmediata para las comunidades afectadas por estas dos crisis simultáneas.
“Quiero, en nombre de la Iglesia, hacer un llamado para que todas las autoridades, desde el Gobierno nacional, el gobierno departamental, los entes territoriales, tomen en consideración de lo que están viviendo muchos hermanos y hermanas nuestros en este momento. Nosotros como Iglesia estamos solícitos, tanto la Diócesis de Quibdó como la Diócesis de Istmina-Tadó, a través de Secretario Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombia, a llegar con una mano tendida, pero esto tiene que ser concurso de todas las instituciones y, específicamente del Gobierno, a quien nuestros ciudadanos confían la responsabilidad de dirigirlos”, exclamó Monseñor Álvarez.
La emergencia invernal, que ha desbordado ríos y causado inundaciones masivas, ha dejado a miles de familias sin hogar, sin cultivos, y sin los medios para subsistir. Las afectaciones más graves se han registrado en las riberas de los ríos Atrato y Baudó, así como en las cuencas del Atrato, donde las inundaciones han arrasado con cultivos, animales y los pocos enseres de las familias afectadas. Monseñor Wiston Mosquera Moreno, obispo de la Diócesis de Quibdó, menciona que: “Desde la Diócesis de Quibdó seguimos con atención y rechazamos con toda claridad este nuevo confinamiento al que se ha sometido a toda la comunidad en los municipios de la cuenca del San Juan en el departamento del Chocó. Situación que afecta a todas las personas residentes del territorio y a quienes por distintos motivos deben movilizarse por la región”.
Actualmente se solicita ayuda a la Iglesia colombiana, ayudas que incluyen alimentos, medicamentos, ropa, y atención psicosocial para las víctimas, así como un plan de evacuación y reubicación de las familias más afectadas por las inundaciones. La Iglesia reitera su compromiso con las comunidades chocoanas y su disposición para colaborar en los esfuerzos de ayuda.
Lea aquí el comunicado completo: