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Construyendo lazos fuertes: el acompañamiento de los padres a sus hijos adolescentes y jóvenes

Construyendo lazos fuertes: el acompañamiento de los padres a sus hijos adolescentes y jóvenes

Por: Pbro. Jorge Andrés Suárez Flórez, párroco de Santa Teresa de Calcuta y especialista en gerencia educativa.

La adolescencia y la juventud son etapas de transición y autodescubrimiento, marcadas por cambios físicos, emocionales y sociales que pueden generar una sensación de confusión y vulnerabilidad en los jóvenes. Durante este período “complicado”, el acompañamiento de los padres adquiere una relevancia crucial, tanto en el plano emocional como en el espiritual, para ayudar a los hijos a enfrentar los desafíos y construir una identidad sólida. La literatura psicológica actual destaca que la presencia activa de los padres no solo fortalece el vínculo familiar, sino que también proporciona a los adolescentes y jóvenes herramientas para navegar de manera saludable por esta fase de su vida (Gottlieb, A. 2020).

Desarrollo emocional en la adolescencia y la juventud

El desarrollo emocional en la adolescencia implica la consolidación de la autoestima, la regulación de emociones, y la capacidad para formar relaciones interpersonales sanas. Según estudios recientes, los adolescentes que cuentan con un apoyo emocional constante por parte de sus padres presentan menores niveles de ansiedad, depresión y comportamientos de riesgo. La razón de esto radica en que el acompañamiento parental promueve un ambiente de seguridad emocional, en el que los jóvenes pueden expresar sus miedos, dudas y frustraciones sin temor a ser juzgados (Palacios, J., & Rodrigo, M. J. 2020).

La adolescencia es una fase en la que los jóvenes buscan independencia, pero también necesitan un espacio seguro donde se sientan comprendidos y validados. Los padres deben ser guías, no solo en términos de disciplina, sino también al brindar apoyo emocional que les permita desarrollar resiliencia. Esto incluye escucharlos activamente, mostrar empatía y enseñarles habilidades para enfrentar los desafíos. Así, los adolescentes aprenden a manejar sus emociones y a enfrentarse de manera constructiva a los problemas de la vida cotidiana.

La importancia del acompañamiento espiritual

El acompañamiento espiritual es otro aspecto esencial en la vida de los jóvenes, ya que contribuye a su búsqueda de sentido y propósito. La espiritualidad, ya sea ligada a la religión o a un sentido más amplio de conexión con los demás y con uno mismo, puede ofrecer un marco para interpretar las experiencias de vida y manejar las incertidumbres. En la literatura reciente, se ha observado que los adolescentes que reciben orientación espiritual de sus padres tienden a desarrollar un mayor sentido de propósito y bienestar general (Vázquez González, M. A. 2021). La espiritualidad puede ayudar a los jóvenes a encontrar consuelo en momentos de adversidad y a forjar valores y principios que guiarán sus decisiones en la adultez. En este sentido, los padres juegan un rol crucial, ya que su ejemplo y enseñanzas pueden influir en la forma en que sus hijos se relacionan con el mundo y con ellos mismos.

Es importante resaltar que este acompañamiento no debe ser impuesto. La espiritualidad debe ser un espacio de reflexión libre y personal donde los adolescentes puedan explorar sus creencias, formular preguntas y encontrar respuestas que les resuenen personalmente.

Retos y oportunidades para los padres

Uno de los mayores desafíos que enfrentan los padres durante estas etapas es encontrar el equilibrio entre ofrecer apoyo y respetar la autonomía de sus hijos. Los adolescentes y jóvenes suelen rechazar la intervención parental si la perciben como intrusiva o controladora. Por ello, es fundamental que los padres aprendan a acompañar desde un lugar de respeto y confianza, fomentando la comunicación abierta y honesta (Pérez-López, J. 2018).

Para ser eficaces en este acompañamiento, los padres también necesitan trabajar en su propio desarrollo emocional y espiritual. Al fortalecer sus propios recursos internos, están mejor equipados para guiar a sus hijos en su camino hacia la madurez emocional y espiritual.

Conclusión

El acompañamiento emocional y espi­ritual de los padres durante la adoles­cencia y la juventud es un factor de­terminante para el desarrollo saludable de los jóvenes. A través de un apoyo constante y respetuoso, los padres pue­den ayudar a sus hijos a gestionar las dificultades emocionales, encontrar un sentido de propósito y construir una identidad sólida. Si bien esta tarea pue­de ser desafiante, el beneficio a largo plazo es incalculable: jóvenes más se­guros de sí mismos, resilientes y capa­ces de enfrentar los retos de la vida con integridad y confianza.