Viernes de Dolores, el día en que acompañamos a la Madre de Dios en sus sufrimientos
En el tiempo de Cuaresma, el viernes que antecede al inicio de la Semana Santa se conmemora como un momento significativo de la Virgen María. La tradición cristiana le llama “viernes de dolores”, y se trata de meditar los sietes dolores que la iglesia católica menciona, padeció la Virgen, antes, durante y después de la Pasión de su hijo Jesús.
En varios lugares del mundo este viernes de dolores es una práctica que aún continúa y que se sigue realizando con mucho cariño, reverencia y piedad. No obstante, en varios países o ciudades se ha perdido la tradición de conmemorar el viernes de dolores hacia la virgen María.
Los fieles que comparten este momento se identifican con la advocación “dolorosa” que acobija a la Madre de Dios en este tiempo de penitencia y reconciliación. Dicha historia cuenta que, pese a la conciencia de la Virgen y la fe entregada a Dios, sabiendo la promesa de la Resurrección, no la hizo ajena al dolor y el padecimiento; pues, se evidencia como ella incluso antes de la Pasión y Muerte de Jesús sentía angustia y dolor por las situaciones que le ocurrían a Jesús. De esta manera también cuentan que en base a estas vivencias de dolor que la Virgen experimentó se le dedica este día especial durante Cuaresma para enfocarnos en la imagen de la Madre de Dios.
Durante el siglo XV, el Papa Benedicto XIII instituyó oficialmente para la iglesia universal el viernes de dolores; y asimismo, desde 1472 se viene conmemorando hasta el día de hoy. Años más tarde, el Papa Pío VII realizó un cambio importante para la conmemoración de la Virgen, pues decidió celebrar fuera de la Semana Mayor un día más exclusivo para la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, que desde entonces es celebrada cada 15 de septiembre.
Aunque el Concilio Vaticano II designó la conmemoración independiente para recordar los dolores de la Virgen y meditar en ellos, el 15 de septiembre cada año, el Misal Romano conserva que se recuerde la “memoria dedicada a la Santísima Virgen de los Dolores” en el viernes previo antes de la Semana Santa, es decir, dos días antes del Domingo de Ramos.